México en Madrid
Humo, mezcales, bandas improvisadas
Y como postre mucha risa
Hablamos de todo y de nada a la vez
Pero nuevamente la lógica ignoró la ocasión
Y con la desesperanza de una noche en la luna, dijimos adiós
Dos de la madrugada...
Camino por las calles de Madrid, algo húmedas y calladas
Las luces de neón que parpadeando juegan con mi ilusión
Me acompañan en mi andar, sin dirección
Instantes de gratos recuerdos vienen a mi mente
Risas, Mastretta, aquella balada y esa mirada que me llevaron a José Alfredo
Rápidamente subo por la calle de las cuentas
Y el arrepentimiento y el sin sabor vuelven a tomar control de la situación
El silencio me susurra y la distracción me absorbe
Observo a la luna, tan tímida y detrás de esa nube celosa
Al parecer vienes pasando una y otra vez por la misma puerta, me dice aquella voz inquieta
Como siempre huyendo para no ser encontrada
Por miedo a la constancia y a una vida predestinada
Estabilidad, que difícil de mantenerla
Que fácil y triste es andar sin equipaje
Valientes son aquellos que se arriesgan a vivir un sueño en común
Habilidad que aún no consigo aprovecharla.
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